domingo, 21 de agosto de 2011

Si es Bayer es bueno, es épico, es glorioso!

-Noooo mk, no tenemos jugadores, ahora qué vamo'a cer?
--Jhair no nos juega? Y Omar? ahhhhg, juep*ta!
-No, Jhair está en clase y Omar ya se fue para la casa
--Pues entonces vamos a la cancha y no sé, consigamos jugadores allá, porque qué más...
-Será que no ponen problema?
--Fresco que esos manes nunca miran la planilla

Esos manes eran los árbitros, nosotros éramos el equipo de futsal al que le faltaban dos jugadores y ellos, el equipo contrario que ya estaba listo para jugar. Desde que se inventaron las mentiras, el capitán del equipo (quien escribe) era capaz de decirle a los árbitros que los otros dos jugadores no se demoraban más de 10 minutos, mientras Santiago (@sagagu) trataba de convencer a quien quiera que estuviera en la cancha para que se uniera al mejor equipo de futsal de la facultad.

Christian (@Christian005), extrañamente estaba muy entusiasmado ese día. Y digo "extrañamente" porque él suele ser el más pesimista de nosotros. Mientras improvisábamos equipo, Lele (@leidytoto_) nos miraba, aburrida como siempre. A ella no le gusta el fútbol pero es tan buena amiga que, de todas formas nos acompaña y nos hace fuerza. Un arquero y un defensa, Christian, Santiago y yo. Carajo, tenemos equipo!

Como era de suponerse, el otro equipo no tenía mucha calidad técnica ni táctica alguna, pero de todas formas nos iba dando en la jeta, literalmente. Es muy jodido, la verdad, pretender ganar un partido cuando uno de nuestros jugadores no es capaz de acertar un pase a 2 metros de distancia, y además de eso le regala al equipo contrario 3 goles. 

-Carajo! Santiago, haga un puto pase bien!!!

Bueno, no, en realidad no era Santiago el que la estaba embarrando así, pero de todas formas hay que admitirlo, estábamos jugando muy mal. El primer tiempo terminó 4-1 en contra. "Si es Bayer es bueno" al parecer no era tan bueno. Todos los que hemos estado en una cancha sabemos que, a veces llega un momento en que marcar goles deja de ser importante y lo primordial es evitar que el equipo rival siga violando el arco propio. De todas formas, comenzando el segundo tiempo recibimos el quinto gol. 

Cuando estás hundido y piensas que nada puede ser peor, generalmente empieza a llover. A la lluvia le gusta ese refrán, "Al caído caerle". Faltan 10 minutos para terminar el partido y una llovizna no tan fuerte como para sacarnos corriendo, pero sí lo suficiente para empapar la cancha y hacer del futsal un deporte de alto riesgo. 

- Arbitro: Muchachos, ya llevamos el 75% del partido. Terminemos, o quieren seguir jugando? 
- Yo: Pues, por nosotros no hay problema
- Capitán del otro equipo: Sí, sí, sigamos jugando!

El entusiasmo de ese hijo de puta se debía a la posibilidad de humillarnos aún más. Obviamente, 5 goles no eran suficientes, teniendo en frente a un equipo tan malo. Tan malo que se llamaba "Si es Bayer es bueno". A pesar de lo que ustedes crean, Chuck Norris es piadoso cuando ve que sus hijos necesitan de su ayuda. La cancha empapada y resbalosa jugó con la camiseta de nuestro equipo. Personalmente, yo no tenía muchas esperanzas y solo quería que se acabara el partido, pero, Christian con sus esteroid....entusiastas jugadas marcó el descuento. 5-2 para que no nos humillaran tanto. Un minuto después ya íbamos 5-3 y aunque todos lo pensamos, nadie se atrevió a decirlo.

Fue en una jugada conjunta que marcamos el 5-4 y, sin que el otro equipo contara con nuestra astucia, ya estábamos a un gol del empate. Faltaban 5 minutos. Carajo! El tiempo es relativo al color de la camiseta y mientras, para ellos esos minutos fueron eternos, a nosotros los segundos se nos esfumaban. No sé cómo, pero los esteroid...Christian empató el partido, faltan dos minutos. Los espectadores, que hay que anotarlo, eran demasiados, ya estaban sorprendidos. Teníamos toda esa cantidad de chismosos apoyándonos. Todos sabíamos que algo épico estaba a punto de pasar, pero solo dependía de nosotros 3.

-Cuanto falta, profe?

El juez hizo la seña con su dedo índice. Un minuto para la gloria eterna o la mediocridad, el empate, el quedarnos ad portas de un suceso inolvidable. Atacaban ellos y Christian recuperó el balón en la media cancha, hizo un pase elevado que pasó por en medio de los dos defensas que estaban marcando a éste pez, que se sentía muy cómodo entre el agua (pffff) y, con el balón picando, como todos los delanteros lo desean, le pegué. Me resbalé y ese instante horrible en que el balón pasa al lado del arquero y no se sabe si será gol o no, transcurrió mientras yo caía al suelo húmedo. Gol.

GOOOOOOOOOOOOOL!!!! Reinició el partido y todos ellos se vinieron encima, pero no pudieron. Chuck hizo lo suyo e impidió el gol de ellos. Terminó el partido y esos 40 minutos pasaron a la historia. Íbamos perdiendo 5-1 y en 10 minutos, a fuerza de huevos y corazón remontamos. Ganamos 6-5. POrque si es Bayer, es bueno.