En tu día favorito del año… en el año en que nos conocimos
Tú ibas de la mano de tu mamá,
como siempre. Mi prima y mi primo estaban conmigo. Los adultos de mi familia
nos cuidaban entre la multitud. Yo solo quería volver pronto a casa y jugar un
rato más antes de dormir. El día se hizo noche durante la procesión. Las calles
se llenaron poco a poco de pólvora, velitas y la música de un diciembre
inolvidable. Al volver a la iglesia te vi a lo lejos y el mundo me dio vueltas,
(me dio vueltas) como cuando me miraste a los ojos por primera vez (hace varias
vidas)
Sentí un impulso inexplicable, instintivo,
celestial. Nunca había tenido tanta certeza en una decisión y les pedí a mis
primos que me acompañaran. Te seguimos. Cuando llegaste a tu casa y me viste de
frente, quedé paralizado de timidez y no supe hacer más que dar la vuelta y salir
corriendo. Días después te acercaste y leíste mi nombre en el gorrito de
navidad que llevaba puesto cuando cantaba en el coro.
Yo supe dónde vivías y tú memorizaste
mi nombre. Las velitas llenaron mi vida de luz. Y quedaste grabada por siempre
en mí.
(Creo que todos los eventos
guiados por las leyes del cielo tienen su tiempo y su lugar). Hoy es tu día
favorito y, después de tantos años, después de la tormenta llamada 2020, después
de los malentendidos, (las discusiones), después de que estuve a punto de
alejarme de ti, después de los libros (y los abrazos), después de tu vida y
después de la mía, hoy te abrazo y tú me abrazas.
(Cada tanto te lo vuelvo a decir
pero, si hay un momento y un lugar perfecto para expresártelo, ese momento es
hoy, ese lugar es aquí. ¡GRACIAS!)
Gracias por recordar mi nombre,
gracias por invitarme a celebrar tu cumpleaños con tu familia, gracias por
visitarme en mi casa, gracias por confiar en mí, por compartir tus dolores, tus
tristezas, tus sueños y tus ilusiones conmigo. Gracias porque has catalizado,
como nadie más podría, el proceso de conocerme a mí mismo y crecer como persona.
Gracias por existir. Gracias por volver a mi vida. Gracias por invitarme a
pasar a contigo tu día favorito en el año.
Si pudiera viajar en el tiempo, (conociendo
de antemano todo lo que ha pasado entre tú y yo este año, no tengo ninguna duda)
Volvería a esa noche de velitas y le diría a mi yo de nueve años que te siga a
tu casa y memorice tu sonrisa.
Contigo creo que la magia es
real, contigo siento que estoy donde debería estar. No sé qué nos traerá el
futuro, pero esta noche estamos juntos. ¿Qué más puedo pedirle a la vida?
(Update del 21 de julio del veinte veintiuno: La verdad. Puedo pedirle a la vida la verdad. No necesito más que eso. Saber la verdad. Necesito la verdad).
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