lunes, 11 de marzo de 2013

La Filosofía vive en ti, amigo androide

El sábado en la tarde, en un arrebato incontrolable de consumismo desaforado, compré una copia del bestseller de Stephen Hawking, "El Gran Diseño". Pronto y alegre caminé unas cinco o seis cuadras hasta mi café preferido y, después de ordenar un espresso, tomé asiento en una mesa para dos y extraje el libro cuidadosamente de su empaque. Lo tanteé y luego de un par de hojeadas, comencé la lectura del primer capítulo introductorio.

Como suele ocurrir en una buena porción de libros sobre divulgación científica, se inicia con un breve recuento sobre la historia de la Filosofía naturalista que abarca las ideas de las escuelas jónicas hasta Copérnico, Galileo, Descartes y Newton (entre otros), toda vez que estos personajes protagonizaron la aparente ruptura entre Filosofía y este nuevo enfoque epistemológico al que nos referimos  actualmente por Ciencia. La idea central de esta brevísima entrada de blog es explicar el porqué de la negrilla y cursiva en la palabra "aparente".

Bien, al grano. El primer párrafo del libro es un recuento de lo obvio: todo hombre en algún momento de su vida se ha planteado cuestiones como el origen de la vida, del universo, por qué estamos aquí en vez de que no exista nada y cuál es la naturaleza de la realidad. Hasta ahí no hay problema, sin embargo la primera frase del segundo párrafo es la que encuentro jocosa y al tiempo chocante. Dejemos que el mismo Hawking nos ilustre:

Tradicionalmente estas son cuestiones para la Filosofía, pero la Filosofía ha muerto. La Filosofía no se ha mantenido al corriente de los desarrollos modernos de la Ciencia, en especial de la Física. Los científicos se han convertido en los portadores de la antorcha del conocimiento.

Bien, en verdad es hilarante y al tiempo un poco ofensiva, pero ofensiva ingenua esa frase. Me sorprende que un tipo del talante de Hawking haya cometido un gazapo tan cientificista (Carajo, que ya no estamos en el S. XIX y el cientificismo es solo para estudiantes engreídos e ingenuos de ciencias puras). Si bien Popper y su combito de amigos del Círculo de Viena (What a fancy name!) dejaron bien zanjado el asunto en favor de las variaciones lingüísticas que dan origen a varios problemas filosóficos, aún existen personajes que piensan erradicar la Filosofía con Ciencia.

Es un ejercicio casi estéril hacer un recuento exhaustivo (ya se han hecho miles), simplemente me limito a decir que la Ciencia es un enfoque epistemológico bastante concreto -y por cierto, con ciertas fallas- de la Filosofía, como madre y real portadora de la antorcha del conocimiento. El científico habría de ser un poco más humilde y reconocer que no solo su quehacer surgió de la Filosofía, sino que su quehacer es una forma más de hacer Filosofía. Y en este aspecto mi muy apreciado Carl Sagan (quien en los últimos años de su vida se doctoró en Filosofía) fue muy prudente y respetuoso, no solo al saberse un filósofo más sino al reivindicar un poco a las creencias dogmáticas toda vez que estas buscan lo mismo que la Filosofía (y la Ciencia, que es una de sus ramas): conocer y entender el Universo que nos rodea y la naturaleza de la realidad.


Hawking no es Carl Sagan, Hawking es un poco más arrogante e ingenuo en estos temas. Me resulta bastante curioso, pues en el capítulo siguiente gasta dos páginas haciendo la aclaración -correcta- de que la Ciencia moderna opera bajo el enfoque de realismo de acuerdo al modelo, es decir, de entrada dar por cierta la existencia de una realidad ajena al observador e inalterable a la percepción del mismo, la cual se puede medir y analizar. Y he aquí lo jocoso del asunto, la antorcha que ilumina el conocimiento humano opera obviando de entrada dos variables que son fundamentales para el estudio filosófico: la existencia (o no existencia) de una realidad objetiva y la inalterabilidad (o alterabilidad) de la misma. Y luego, cuando habla de la física cuántica, hace la alusión -correcta también- de que a nivel microscópico, la realidad se altera cuando es observada.

En conclusión, la Ciencia es solo una rama de la Filosofía (aunque esto cause escozor a filósofos y a científicos, hay que reconocerse parte de una única llamarada en la antorcha) y, siendo una rama, tendrá que echar mano de los enfoques filosóficos a cuestiones como la objetividad de la existencia y la inalterabilidad de la misma, cuanto más de problemas mayores como el porqué de la existencia y el origen mismo del Universo o Multiverso.

En definitiva, y así te duela un poco aceptarlo, la Filosofía vive en ti, querido Hawking, eres su adalid.



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